Shildon no tenía el dinero ni la influencia para figurar en el nombre del ferrocarril Stockton & Darlington, pero estaba exactamente en el lugar correcto para convertirse en su potencia operativa industrial.
Durante casi 160 años, los habitantes de Shildon aportaron la sangre, los músculos y los huesos necesarios para operar el ferrocarril, construir las primeras locomotoras y construir y reparar sus vagones.
Esta exposición muestra su historia como parte del S&DR 200 Fringe Festival.